La cultura vasca, con sus luces y sus sombras, es muy igualitaria. En general basta con aceptar sus preceptos para ser a su vez aceptado. Cierto que es una mierda tener que bailarle el agua a alguien para que te acepte, pero las cosas como son: el problema, si lo hay, está más ahí que en cualquier criterio relacionado con la procedencia.