Tampoco había muchos catalanes que escribiesen sobre este asunto. Hartazgo, supongo.
Yo, que vivo en Barcelona pero soy bilbaino, estoy un poco harto del tema e intento tomar algo de distancia, porque me lo encuentro hasta en la sopa.
Los necios siguen la moda. Los pretenciosos la exageran. Quienes tienen buen gusto pactan con ella.